Por eso le miento.
Starbucks monopoliza. Hipnotiza a los cafeinómanos; pero aún con más frecuencia a los gringo-adictos. Estudia nuestras reacciones y crea un microclima que se ajuste a las mismas. Starbucks es, tal como todas las demás, una corporación (sutil y subrepticiamente) maléfica.
(
Read more... )